Relato Erótico Swinger
Aportación especial de: Saul Y. Fiorella
Una
tarde en el desierto
Mi esposa y yo
quedamos de estar con Sofía a las dos de la tarde. Para llegar con ella tendríamos
que atravesar toda la ciudad. Nosotros vivimos por el centro y Sofi hasta las
orillas de la zona metropolitana. No importaba, ya que el deseo de estar con
una chica entre nosotros dos es mucho más grande y fuerte que los kilómetros y
el tiempo. Sofía es veracruzana, madre de dos hijos, divorciada y atiende su
propio negocio de nutrición. Tiene 36 años y como se dedica al rollo de las
malteadas nutritivas le encanta mantenerse en forma para atraer clientes a su
local por tanto se pueden imaginar lo buena que está. Desde la
primer cita que agendamos con ella me di cuenta que su culo le interesó a mi
mujer puesto que la caché mirando la exquisita redondez envuelta en mezclilla
deslavada. Como vivimos en Monterrey México ese día de primavera el calor
estaba casi a 40 grados y el tráfico era intenso. Llegamos tarde, no lo podemos
negar, íbamos un poco nerviosos, manejando rápido para no atrasar más la cita
ya que tanto Sofi como nosotros tenemos obligaciones familiares y no podemos
estar mucho tiempo en lo que tanto nos gusta: fornicar. Sonó mi teléfono
celular y era Sofía preguntándome si íbamos a ir. Le contesté que ya habíamos
llegado al estacionamiento de la plaza en donde quedamos de vernos, ella me
dijo que ya salía para buscarnos. Dimos una vuelta más y ahí estaba, nos vio y
se subió rápido a nuestro coche. Mi esposa saludó a Sofi y yo manejé al motel.
Llegamos al lugar que estaba a escasos 200 metros de la plaza comercial. En
esta zona de la ciudad comienza un hábitat desértico, así que el calor
arreciaba un poco más, sin embargo, el motel se veía bastante acogedor. Entramos
y la trabajadora del lugar se tardó un poco en darnos la habitación, pasó lo
mismo de siempre, que se sorprenden cuando ven a más de dos en un auto y que
van a compartir habitación. Así es esta onda del swinger te cobran más caro en
los moteles y como que les da vergüenza decírtelo. Estábamos adentro y mi
esposa observaba la carta para pedir alguna bebida que la ayudara a relajarse
del estrés que había implicado llegar hasta ahí a mitad de semana y tan
temprano. Creo que los tres estábamos un poco nerviosos y ellas se sentaron en
el silloncito de la entrada, los tequilas pedidos por mi mujer se tardaron en
llegar, Sofi preguntó qué íbamos a hacer y se levantó para sacarse el celular y
acomodar sus cosas en el buró de enfrente de la cama, revisó su celular, checó que no tuviera
llamadas perdidas de sus hijos y dejó el teléfono por ahí. Mi esposa bromeaba
con la lista de juguetes sexuales que el motel ofrecía en venta. Sofía preguntó
--¿Qué vamos a
hacer?
-- Quedarnos a
descansar, está cómodo el motel
Dijo mi esposa
mientras se recostaba en el silloncito. Yo comencé a sentir calor y me fui al
control del aire acondicionado
--¿Tienen calor,
quieren que baje la temperatura?
Ambas
contestaron que sí. Así que bajé el frío a veintiún grados centígrados, el
ventilador se accionó y un fuerte chorro de aire gélido salió de aquel ducto de
lámina. Tocaron a la puerta, por fin llegaron los caballitos de tequila. Me
levanté de la cama para recibirlos y los pagué por la compuerta deslizable que
tienen los moteles para que los que están afuera no te puedan ver. Sofía se comenzó a quitar la ropa y mi mujer
se tomó un tequila. Sofía se acostó, mi mujer se acercó a ella y pude ver
que dejó la marca de su rico culo en el
plástico imitación piel del sillón. Sofía estaba ya desnuda en la cama, se veía
que la perra estaba caliente, a este tipo de chicas las prende estar entre una
verga y unas tetas. Así que mi mujer se quitó la ropa y pronto quedó desnuda,
sus magnificas tetas respingadas quedaron al aire y yo me acerqué a tocarlas
--¿Quieres tocar
las tetas de mi esposa Sofi?
Sofía con una
sonrisa en su rostro, que la hacía parecer un poco más joven de lo que es, contestó que sí y se acercó a los senos de mi
mujer y entre los dos comenzamos a mamarlos. Poco a poco sentimos como los
grandes pezones de esas ricas tetas se iban endureciendo por la acción de
nuestras lenguas, yo le toqué el culo a Sofía y ésta aprovechó para sacar mi
verga del bóxer que aún traía puesto. Le gustó como se me paraba y la apretó
fuertemente con la mano izquierda.
Mi esposa buscó
su boca para darle un buen beso y de pronto se besaban como dos novias
adolescentes. Reconozco que ambas se veían muy bonitas. Las dos chicas son
guapas, cuidan su figura y les gusta ser bellas. Eran dos juguetes para
satisfacer nuestra lujuria, pocas veces me doy cuenta de lo afortunado que soy
y este era uno de esos momentos.
Me quité lo poco
que traía puesto de ropa y me tiré en la cama, ellas se besaban apasionadamente
y me puse a lamer el culo de mi esposa, sabía un poco a sudor, me gusta ese
sabor, me decidí a dejarlo bien limpio, luego bajé a su coño y lo lamí hasta
que se escuchaban los gemidos que le provocaba mi lengua en su clítoris. Me
pasé al culo de Sofía, estaba limpio, olía rico, metí la lengua en su ano y lo
probé hasta adentro, sentí que le gustó y a mí me encantó.
Mi mujer buscó
su coño y lo empezó a mamar, era increíble la delicadeza con la cual lo hacía
así que me pasé un buen momento contemplando el espectáculo. Vi que Sofía
estaba disfrutando la lengua de mi mujer así que le acerqué mi verga a sus
labios, al verla la tomó con su mano y la acercó a su cara. Se mojó un poco los
labios con su lengua y se metió la punta del pene a la boca, cuando la
humedeció a su gusto la tragó como era debido, no se la comía toda pero lo
hacía bastante bien, le gustaba mi verga, así podía ver a mi esposa haciéndole
sexo oral a Sofi mientras ella me la chupaba a mí.
Cuando Sofía
dejó de mamar me lancé a sus tetas y las comí, tiene tetas pequeñas lo cual me
permitía meterlas enteras a mi boca. Las
mordí un poco y me di cuenta que le gustó así que incrementé un poco más
la presión. Se quejó un poco mezclando el placer con el dolor.
--¿Me la das por
el culo papi?
No escuché dos
veces la pregunta de mi mujer y me dispuse a sodomizarla mientras ella seguía
comiendo el coño de nuestra amiga. Mi verga estaba a punto de reventar y antes
de entrar le lubriqué el ano con la lengua, así batallaría menos en colonizar
de nuevo esa exquisita abertura de mi mujer que brinda la presión ideal para
aplastar mi verga y hacerla reventar de placer.
Mientras me
preparaba a cogerla podía ver la cara de intriga de Sofía, así como diciendo
¿qué van a hacer estos dos? Me acomodé detrás de mi esposa y poco a poco la
penetraba, Sofía miraba a mi mujer y en sus ojos podía ver que le encantaba
observar la mezcla de satisfacción y dolor reflejado en el rostro de Maya. Se
estaba calentando por el hecho de sentir una mirada mientras la culeaban, de
pronto, mi verga deja de ser suficiente y mi mujer llega a esa extraña mezcla
extática entre dolor y placer. Sin embargo ella seguía mamando y Sofía la tomó
de los hombros y se acercó a ella para besarla y disfrutar de su placer. Ambas
se besaban y abrazaban como si Sofi la protegiera de las bestiales embestidas
que mi verga causaban en su culo.
--Qué actrices
porno ni que la chingada, haces unas caras magníficas
Le dijo Sofi a
mi esposa. Saqué la verga del culo de mi mujer y fui al baño, mi esposa me
pidió que me la lavara y así lo hice. Ellas seguían divirtiéndose y yo tomé la
cajilla de condones, saqué uno y me lo
puse, la verga la seguía teniendo a reventar así que el condón quedó muy
ajustado y sin dobleces. Sofía me esperaba boca arriba con las piernas
abiertas, mi mujer estaba a un lado de ella cachondeándola, me acomodé sobre
Sofi y la penetré mientras ella besaba a mi esposa, me encanta coger con
alguien más mientras mi esposa me observa y me mima. Me besa y me cachondea
como si fuera su pilluelo consentido. Así estuve penetrando a Sofía y luego los
tres nos besamos apasionadamente, era un trío perfecto.
Sonó el teléfono
y era nuestra hija, me preguntó que si podía utilizar la computadora y le dije
que sí, Sofía aprovechó para hablar con sus hijos y revisar que todo estuviera
bien, les dijo que no se pelearan, luego nos explicó que son casi adolescentes
y se la pasan de bronca, y también les preguntó qué si querían ir al cine,
al parecer contestaron que sí.
Nos teníamos que
apurar para irnos, nuestras familias esperaban.
--¿Qué más
vas a querer qué te hagamos papi?
Preguntó mi
esposa, cuando me habla así me siento como el personaje de Dany de Vitto en la
película Matilda, sin embargo mi vieja es totalmente distinta de la madre de
Matilda, mi mujer es supersexi y yo mido un metro más que de Vitto, sin
embargo, pienso que el personaje algo habrá tenido para tener a su vieja tan
engatuzada, en fin, lo que quería era que entre las dos me la chuparan, así que se los dije y las muy
putas primero se besaron y después comenzaron a mamarme la verga, me encantaba
como se la compartían entre ellas. Mi esposa se ha convertido en una
profesional en el arte de jugar con los fluidos mientras hace sexo oral, junta
mucha saliva y líquido seminal en su boca y cuando está a punto de estallar
porque no cabe más dentro de ella lo saca bañando la verga y dejándola
resbalosa y mojada para volverla a tragar hasta el fondo, toda esa baba le
gustaba también a Sofía que la juntaba y la escupía sobre mi verga, luego
llegaba la otra y la limpiaba y la escupía sobre la boca de la otra, me calentó
tanto ver esto que no pude controlar mis ganas de correrme y me vine encima de
las caras de las dos muñecas que estaban a mi disposición, genial –dijeron--.
La que más recibió el semen fue Sofía y le escurría por el mentón hacia sus
senos, mi mujer aprovechó para limpiarle
las tetas de toda la leche que le escurría y las dos se besaron con sus
bocas llenas de líquido blanco, yo las veía mientras me recuperaba.
Terminamos en
ese lugar, nos pusimos nuestra ropa y salimos. Afuera el calor pasaba los
cuarenta grados y la luminancia le daba una profundidad enorme al desierto. Nos
ofrecimos para llevar a Sofía a su casa y accedió, en el camino íbamos
platicando, los tres estábamos contentos, no quedamos en nada, ha pasado el
tiempo y no hemos podido verla, nos escribimos por medio del whats app y le
decimos cuanto nos gustó la experiencia con ella, tal vez tengamos algo de
suerte los tres y coincidamos en el futuro para satisfacer nuestras lujuriosas
necesidades de sexo colectivo.